Namaste querida Sangha, yogalari maiteak,
Superando limites y verguenzas, hoy me lanzo a compartir mis pensares en este novedoso formato para mi, el blog.
Cada jueves publicaré una nueva entrada a modo de diario semanal y me encantaria que fuera mas un dialogo, un espacio donde pudieramos encontrarnos para charlar a golpe de teclado... Esta primera entrada está inspirada en el libro que me regalaron la semana pasada, De piel y papel, una gran obra poética de la psicóloga Esther Albarrán , que me hizo volver a pensar en algo que en los ultimos tiempos para desvirtuado, como es la presencia , de la piel y del papel, en esta era digital despersonalizada. Hoy parece que incluso en el arte del yoga, tan relacionado con el ser/estar, tiene la necesidad de adaptarse al mundo online, que cada día parece más dependiente. Y no solo me refiero a las clases virtuales o los talleres, sino a la forma en la que tenemos las Escuelas como Namaste de invitar a participar en nuestras actividades. Hoy es muy difícil, casi imposible, llegar hasta ti sin pasar por aquí. Quiero explicarte la importancia del contacto presencial y te lo cuento a través de mi perfil de instagram. Algo parece que se contradice, y no se me ocurre cómo salvarlo. Creo que no debemos perder la magia del contacto ni subestimar los efectos de compartir el espacio con otras personas. Estar ahí, estar contigo. Ser.
Y tal vez reservar para lo digital la tarea de ser vehículo pero no destino. Tal vez así el click sea sobre la piel, y el mensaje siga siendo en papel, el calor de los cuerpos y la mirada a los ojos…
Con amor y mimo, Olatz
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